Capítulos de Final Fantasy VII Remake parte 11
Seguimos con los capítulos de Final Fantasy VII Remake, ahora la parte 11 de esta serie. Abarcaremos uno más, concretamente el undécimo episodio de este juego. El anterior lo podéis leer aquí.
Capítulo 11
Malos presagios

La alegría del trío por salir de la cloaca se desvanece rápido, pues una vez en la superficie divisan el helicóptero de los turcos. En él van Reno y Rude, comentando que dieron luz verde a la misión de Avalancha. Se ve un atisbo de duda en ambos, pero acaban aceptando que es su trabajo y continuando con su misión.
Tifa parece alterada al comprobar que el rumbo de los turcos es el sector 7, pero Cloud y Aerith intentan tranquilizarla cada uno a su manera. Sorprendentemente y a pesar de las evidencias, ella se calma. Cambia de tema y les explica que están en el cementerio de trenes, y que atravesándolo llegarán a su destino. También cuenta sobre los rumores del lugar, que dicen está encantado, algo que ella no acaba de creerse aparentemente. Pero no tarda en confirmar que de hecho sí lo está gracias a la intervención del fantasma de un crío.
Los tres deben avanzar por ese lugar mientras ocurren sucesos sobrenaturales a su alrededor, tales como repentinas marcas en el suelo o en los trenes, además de las típicas voces huecas de fondo. El accidentado recorrido se ralentiza ante la invitación expresa de los fantasmas para que atraviesen una de las puertas. Gracias a eso, podemos ver una breve escena donde Tifa revela sus miedos a seguir hacia delante. Aerith se muestra tranquila, recordando que están bien protegidas y señalando a Cloud como SU guardaespaldas. Se agarra del brazo del mercenario, algo que acaba secundando Tifa. Él no aguanta demasiado, y se separa de ellas a los pocos pasos.
Entre fantasmas
Más adelante ven la forma real del fantasma que los seguía, y es efectivamente la de un niño. Una sonriente Aerith hace ademán de acercarse, pero su intento se ve interrumpido por la aparición de otra criatura similar. A diferencia del primer espectro, este sí los agrede, espantando al difunto crío en el proceso. Más de esos fantasmas hostiles los enfrentan, intentando dañarles o entorpecer su camino.
Una vez llegan a la sala de control, donde se proponen utilizar la grúa para abrirse paso entre los trenes, una manifestación de varios espectros fusionados los ataca. Como detalle, Aerith parece entender lo que dicen estos seres, siendo también capaz de comprenderlos. Esto lo demuestra cuando vencen al enemigo y ella entiende su verdadera intención; jugar con alguien.
El grupo sigue avanzando tras manipular la grúa, mientras las chicas teorizan sobre la identidad de esos difuntos y el origen de la leyenda del cementerio. Poco más tarde, junto a una caja, ven el fantasma de una niña. Tifa la identifica como Marlene. Esto la hace recordar una escena con ella en el bar, donde la niña le habla de su amiga Betty y luego le pregunta por su padre. De vuelta a la realidad, Tifa llama a Marlene, pero el espectro de la cría desaparece.

El tiempo apremia
Mientras continúan, alcanzan a escuchar por una máquina del lugar la comunicación en activo de los turcos por radio. Las voces de Rude y compañía les confirman lo que ya era obvio; el pilar del sector 7 está siendo atacado. A los de Shinra, por su parte, se los ve montados en su helicóptero luchando contra Avalancha en el pilar. Reno habla con Tseng por radio y le informa de la situación, con lo que el jefe manda refuerzos. Ahí vuelve a verse a un Reno no muy cómodo con lo que está haciendo, pero procediendo de todas formas.
La desesperación de Tifa ante lo escuchado es evidente, y aunque Cloud asegura que Barret podrá defender el lugar, el sentimiento de urgencia por llegar a tiempo vuelve a escena. Nuestro trío favorito continúa avanzando con más prisa que antes, pero vuelven a ser interrumpidos por los fantasmas. Estos rodean a Aerith y se la llevan, sin que sus dos amigos puedan hacer nada por evitarlo.
Liberación
El fantasma del crío que ya conocíamos de antes, entre otros compañeros fantasmales, se presenta ante Aerith. Inicia una confusa escena donde parecen comunicarse con ella, mostrando a un ser que la chica identifica como culpable de lo que ocurre en este lugar. Tras ello, nuestra florista tiene una visión donde unos cuantos niños juegan a su alrededor, y luego se ve a si misma de más pequeña. Esa versión pasada de ella misma está llamando a sus amigos, pero nadie le responde y llora al sentirse sola, reclamando a su madre.
La Aerith de verdad se entristece ante la escena, situación que aprovecha el principal enemigo del cementerio para intentar matarla. Pero Cloud llega a tiempo para salvarla, uniéndosele poco después Tifa. Entre los tres deben vencer a este nuevo adversario, Eligor, un peligroso jinete fantasmal. Como es obvio, acaban derrotándolo, dándole Tifa la patada final. La desaparición de ese ente provoca que los demás espíritus se desvanezcan también, por fin liberados de lo que les anclaba al lugar.
Sin nada más que los retenga, los tres pueden continuar hasta el sector 7.

Historia: 6’5
Empezaré comentando uno de mis mayores problemas con el capítulo en si: la coherencia. Venimos de un tramo donde Tifa cada vez está más preocupada por lo que pueda suceder en el sector 7, y justo salir de las cloacas ve el helicóptero de los turcos dirigirse hacia allí.
Ella es consciente de lo que significa la presencia de Shinra ahí, lo que confirmaría todas sus sospechas y la confesión de Corneo. Sin embargo, ese sentimiento de urgencia por volver al hogar se desvanece en el cementerio de trenes, donde tiene miedo de los fantasmas y no mete prisa para atravesar el lugar y llegar ya su destino. Debo reconocer que, a mí, ese tipo de detalles me sacaron un poco de la historia. Eso nunca es bueno; no sé si a otros les habrá pasado igual.
La parte positiva se la lleva Aerith, pues vamos viendo más pistas sobre su pasado y sus poderes. Su actuación con los espectros refleja la naturalidad con la que acepta la muerte, justificando su actitud respecto a este tema a lo largo del juego. Y vemos además un tramo de su vida, de pequeña, donde quizá estaba aún comprendiendo el significado de eso mismo y el sentimiento de soledad que conlleva tal descubrimiento.
Pero es cierto que podrían haber explicado mejor la diferencia entre los Ecos del Destino, los propios fantasmas y las visiones de los personajes. En ocasiones es confuso incluso para los que ya conocen el juego original, y no me imagino para quienes vengan nuevos. Creo que deberían haberlo contado de otra forma, pues la poca claridad a la hora de explicar la historia es algo que ya hemos ido viendo con los Ecos y que a partir de ahora se repetirá más de una vez.
Como anotación final, y más a modo de curiosidad que otra cosa, Tifa no muestra celos evidentes en presencia de Aerith por mucho que la florista se pegue a Cloud. Recordemos que sí vimos un atisbo de eso hace nada, en el episodio anterior, cuando cayeron en la cloaca. Podría decirse que, al simpatizar con Aerith, no desea que exista una mala relación entre ellas. O es que simplemente no sintió celos de esos acercamientos. No es algo que tenga mucha importancia, pero ahí está para los más interesados en el tema.

Jugabilidad: 10
El episodio no te deja aburrirte mientras recorres el cementerio de trenes. Es un trayecto divertido que se hace bastante ameno a pesar de sus carencias narrativas. Alternan a la perfección conversaciones casuales entre los personajes con batallas rápidas. Además, te obligan a explorar un poco el escenario, pero no lo suficiente como para agobiarte con ello.
Seguimos con el trío de personajes aportando mucho a la jugabilidad, cosa que se aprovecha para mandarnos no uno si no dos jefes contra los que combatir.
El fantasma gigante se presenta con más espectáculo del que acaba ofreciendo en su enfrentamiento, pero no te deja dormirte en los laureles. Quien sí cuenta como un adversario digno es Eligor, el jinete fantasmal. La batalla es emocionante, y sus mecánicas mezcladas con el ambiente que la envuelve consiguen sumergirte de lleno en el combate hasta alcanzar la victoria.
Conclusiones
El capítulo desentona un poco en lo narrativo, pero se disfruta sin problema. En retrospectiva le veo más las costuras en lo que me interesa: la historia. Sin embargo, es innegable que me lo he pasado bien jugándolo las dos veces, tanto en normal como en difícil. Pero no puede negarse que lo interesante es alcanzar el destino final: el sector 7.
Seguro que muchos, como yo, tenían más ganas de ver como reproducían en el Remake los acontecimientos posteriores al cementerio de trenes, que el episodio dedicado a ese lugar.
¡Seguiremos en la duodécima parte!